NORA: UNA VIDA DE PERROS

14.03.2014 23:59

Nora: una vida de perros

titulo noticia
    



Nora Rojas Núñez sufre de cáncer, vive con sus 8 perros y una iguana en un casa que tendrá que abandonar en menos de un mes, si no reúne dos millones de pesos que le hacen falta para comprarla. El plazo disminuye y su tristeza aumenta.

Olvidada en el barrio Galindo, después de pasar por estrechos corredores y bajar a la zona verde de la invasión, está viviendo Nora Rojas, que llegó a Neiva desplazada por la violencia con su familia, escapando de Buenaventura a causa de amenazas. Después fue violada a sus apenas 13 años cuando aún no entendía lo que pasaba en su cuerpo y estaba conociendo el mundo. Ese suceso hizo que su vida girara nuevamente y se conviertiera en mamá sin siquiera poder valerse por sí misma. Afortunadamente su madre le ayudó a criar a esa niña que creció junto con ella, hoy su hija vive en otra invasión con cuatro hijos más y muchas dificultades económicas.


Una vez murió su madre, la casa materna fue vendida por un hermano que desapareció con el dinero, dejándola a ella y su hija en la calle. Como cómplices, amigas y madre e hija, se colaboraron en cunto pudieron. Con el asfalto como testigo, Nora vivió largas noches a la intemperie, sufriendo la agonía del hambre, acompañada y resguardada solo por sus perros. Las secuelas de su dura vida la han obligado a consumir medicamentos psiquiatricos que le ayudan a combatir su depresión y ansiedad. También la perdida de la visión le ha provocado varios accidentes, déjandola inconciente en la carretera.


La humilde casa que ha convertido en su hogar los últimos años, es una construcción básica de dos cuartos y un baño. La condición de pobreza es evidente, solo una cama, una mesa y unas cuantas sábanas son sus muebles. Ella es una mujer de cuerpo fragil por la enfermedad, el hambre, la edad y los desafíos de la vida. Con cabello rapado y manos temblorosas se enfrenta todos los días a la incertidumbre. Cada amanacer representa para ella una lucha y al llegar la noche se encuentra victoriosa pero rendida, pues en cualquier momento su suerte puede empeorar.


Vive con y por sus 8 perros que alimenta gracias a un amigo de la veterinaria que le regala un bulto de Purina, además un vecino cercano le vende el alimento concentrado a mitad de precio. Algunos de sus cachorros han sido asesinados por vecinos que se encuentran incorfomes con la presencia de ella y sus animales. Cuatro veces el corazón de Nora ha estado de luto al encontrar, en el patio de la casa, el cadáver apuñalado de sus amados. Ella llora al recordarlos y le suplica a la gente que no asesine a sus únicos compañeros, que es como si le arrancaran pedazos de su ser, destrozando sus esperanzas y su única alegría.


Además, conserva una iguana enjaulada que suele sacar de vez en cuando y que al parecer disminuye su sentimiento de soledad. Esa es principalmente su familia, con cada canino conversa y los trata como a hijos, siempre que sale de casa se despide llamando a cada perro con el nombre que les ha asignado, los bendice y encomienda a San Roque. Sabe que está sola ante un mundo que se muestra indiferente y no alcanza a comprender su amor por esos animales que invaden sus casi cuatro paredes y que son quienes la motivan a existir.

 

Nora estaría sin techo


El dueño de la casa le está exigiendo que abandone el lugar, debido a que desea venderla y le están ofreciendo cuatro millones por la propiedad. Nora no desea salir de allí, dice haber reunido un millón y medio de pesos y necesitar otros dos para hacer su oferta al propietario que le ha dado un mes de plazo para dejar la casa o comprarla.


Hoy pide ayuda, porque aún cree que alguien puede conmoverse por su dolor y entender que su estílo de vida es solo resultado de las dificultades que le ha acarreado el destino. "Younes era mi esperanza. Él me dijo que cuando ganara me compraría esta casa, siempre fue muy amable conmigo. Pero él murió, yo voté por él de todas formas, yo sé que si él estuviera vivo no me habría abandonado, él me ayudó mucho con pañales y todo eso cuando yo estuve enferma", expresó Nora con lágrimas en sus ojos.


Quienes estén interesados en ayudar a Nora Rojas a encontrar un hogar para ella y sus 8 mascotas podrán llamar a este número: 3152444929.

 

La vida de Nora Rojas se asemeja al poema de Pablo Neruda:

EL pie del niño aún no sabe que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana.
Pero luego los vidrios y las piedras,
las calles, las escaleras,  
y los caminos de la tierra dura
van enseñando al pie que no puede volar,  
que no puede ser fruto redondo en una rama.  
El pie del niño entonces
fue derrotado, cayó  
en la batalla,  
fue prisionero,  
condenado a vivir en un zapato.

Por: Mayela Fernanda Trujillo Polanco

—————

Volver